¡Bien Venido!

¡Bien venido!

Te invito a compartir unos momentos de soledad en el desierto.
Sumérgete en su quietud mientras preparas tu vuelo


miércoles, 18 de mayo de 2011

¡Llora, niño idiota!
















Llora, niño idiota.












Llora mendigando una sonrisa,
Una mano amiga que te haga compañía en tu soledad infinita.











Llora, niño idiota.
Mientras ríes y bromeas en un intento de supervivencia,
de equilibrio entre la necedad y la sabiduría.









Llora, niño idiota.
¿Cuándo te darás cuenta de que no perteneces a ninguno de ambos mundos?






¿Cuándo entenderás que sólo te soportan?

Llora, niño idiota.









Deja de hacer malabares para sorprender a la gente que de normal te ignora.




Llora, niño idiota.
Mientras los demás utilizan tu entusiasmo para su provecho…
¿Qué ganas con ello?...: ¿amigos?....¡¡No!!







Llora, niño idiota.
Llora.
Tal vez, un día, admitas que tú eres tu mejor compañía,
que de no tener amigos de corazón
has de llenar ese vacío con tus pensamientos,
con tu meditación.







Llora, llora, niño idiota.







Olvido


                                                                                              17 Diciembre 2009

sábado, 14 de mayo de 2011

ERA FELIZ















ERA FELIZ



Era feliz. Sin crecer, sin menguar, pero era feliz.


Nadie me abría los ojos a otros mundos maravillosos.
 Era feliz.

Sin ningún sobresalto, sin preocupaciones ¿banales? 
Era feliz.




Mi mediocridad era cómoda. 
Era feliz.

No necesitaba nada. Tal vez un poco de emoción.
 Era feliz.

Era como era, y era feliz.




Sin desear sabiduría era feliz. Sin inteligencia ni idea de desearla.
 Era feliz

Sin esperar nada ni a nadie. 
Era feliz




Sin proyectos, tal vez sin ilusiones. 
Era feliz.
Sin pretensiones, sin desear llegar a ninguna parte. 
Era feliz.



En mi soledad. Era feliz.
En mis pensamientos. Era feliz.



La feliz, monótona y descansada vida, tal vez aburrida, me llevó a buscar lo que creía que no tenía: Felicidad.



Sigo sin sabiduría, sin inteligencia, sin crecer, sin ilusiones, en soledad, con mis pensamientos y…soy infeliz.




Busqué, lo que ya tenía, en proyectos, pretensiones, compañía, amistades, deseos de superación y… soy infeliz.





¿La sabiduría es Feliz?...no hay sabiduría.
¿La inteligencia es feliz?...no hay inteligencia.
¿Las ilusiones son felices?...no hay ilusiones
¿Los proyectos son felices?... no hay proyectos

¿Las preocupaciones son felices?... … tengo muchas y no soy feliz
Hace tiempo escuché: ¡Qué bien se está no sabiendo nada!



¿Qué es mejor?: Sin duda, la felicidad.

¡Qué más me da lo que piense la gente de mis lamentos!
¡Qué importa compararme con  viejas plañideras!
Al menos siempre está el recurso de la queja. Lo único que alivia al infeliz.









Olvido
                                                                                                     12 Abril 2011

TU OTRO ROSTRO








                                                




¡Oh, noche!, 


he visto tu rostro más oscuro y patético.
Un rostro que no hubiese querido conocer de ti.

No sólo tienes preciosa luna y brillantes lentejuelas bordadas en tu negro manto.

No sólo tienes sutiles velos de gasa, arrastrados por suaves brisas, que oculten el rostro de tu solitaria compañera.




¡Oh, noche!,


 tienes horas de espanto y horror.

He visto a débiles e indefensas criaturas temblar, en tus profundas horas, de auténtico miedo.




He visto, ¡oh noche!, a fuertes y orgullosas criaturas, de fiebre y debilidad, soñando despiertos imágenes que les han provocado 



pavor.


He visto, ¡oh, noche!,
 en tus más profundas horas,






a titanes




 llorar ante el abismo de ti, noche.



He visto, ¡oh, noche!, a fuertes y débiles criaturas deambular




 por un blanco pasillo disfrazado de color, como almas en pena llorando, perdidas en tus más profundas horas. 









A otros, he visto, ¡oh, noche!, pelear echándote un pulso a muerte intentando  vencerte y poder, al fin, ver de nuevo el sol.

¡Noche!, 
¿por qué te aprovechas en tus horas más profundas, de la desnudez y debilidad de tus criaturas?



¡Noche!, 
¿por qué permites que en tu belleza se oculten el dolor y las lágrimas, la hiel y la desesperación?

Ahora comprendo por qué hay quien te teme: 
Eres una bella despiadada, devoradora de vidas 





al borde de su extinción.



¡Oh, noche!, 


no me asustas. Más bien prefiero conocerte plenamente mostrándome ese terrorífico rostro de tus más profundas horas.






Olvido        

                                                                                                                2  Abril 2011