¡Bien Venido!

¡Bien venido!

Te invito a compartir unos momentos de soledad en el desierto.
Sumérgete en su quietud mientras preparas tu vuelo


sábado, 14 de mayo de 2011

TU OTRO ROSTRO








                                                




¡Oh, noche!, 


he visto tu rostro más oscuro y patético.
Un rostro que no hubiese querido conocer de ti.

No sólo tienes preciosa luna y brillantes lentejuelas bordadas en tu negro manto.

No sólo tienes sutiles velos de gasa, arrastrados por suaves brisas, que oculten el rostro de tu solitaria compañera.




¡Oh, noche!,


 tienes horas de espanto y horror.

He visto a débiles e indefensas criaturas temblar, en tus profundas horas, de auténtico miedo.




He visto, ¡oh noche!, a fuertes y orgullosas criaturas, de fiebre y debilidad, soñando despiertos imágenes que les han provocado 



pavor.


He visto, ¡oh, noche!,
 en tus más profundas horas,






a titanes




 llorar ante el abismo de ti, noche.



He visto, ¡oh, noche!, a fuertes y débiles criaturas deambular




 por un blanco pasillo disfrazado de color, como almas en pena llorando, perdidas en tus más profundas horas. 









A otros, he visto, ¡oh, noche!, pelear echándote un pulso a muerte intentando  vencerte y poder, al fin, ver de nuevo el sol.

¡Noche!, 
¿por qué te aprovechas en tus horas más profundas, de la desnudez y debilidad de tus criaturas?



¡Noche!, 
¿por qué permites que en tu belleza se oculten el dolor y las lágrimas, la hiel y la desesperación?

Ahora comprendo por qué hay quien te teme: 
Eres una bella despiadada, devoradora de vidas 





al borde de su extinción.



¡Oh, noche!, 


no me asustas. Más bien prefiero conocerte plenamente mostrándome ese terrorífico rostro de tus más profundas horas.






Olvido        

                                                                                                                2  Abril 2011




























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