¡Bien Venido!

¡Bien venido!

Te invito a compartir unos momentos de soledad en el desierto.
Sumérgete en su quietud mientras preparas tu vuelo


sábado, 6 de octubre de 2012

CUÉNTAME












Cuéntame, viejo árbol, qué tal te va la vida.








Lleno estás de arrugas tan profundas que parece te hayan salido hace muchos años.






Tú: quieto, callado, observador de lo que a tus pies pasa.

Contemplas cómo camina  la vida desde tu inmóvil lugar.


¡Viejo surcado!

¿No estás harto de ver siempre lo mismo?
¿O es esa rutina lo que te mantiene? Amas el cada día sin exigir más de lo que él te da.




¿Qué podemos aprender de ti?
¿Cómo podemos aprender de ti?

¿Qué sientes?
¿Tienes sed, frío, calor, cansancio de estar siempre erguido?

¿Cuántos se fijan en ti cada día?
¿Cuántos te saludan o acarician tus arrugas?

¿Cuántos te abrazan dándote gracias por estar ahí dando sombra y frescor en verano?
¿Cuántos te admiran el poder de regeneración de tus ramas vistiéndose y desnudándose impúdicamente delante de todos cada estación?



¿Qué susurras en ese profundo y robusto sentir de tus raíces?

Eres el silencioso personaje al otro lado del confesionario: atento, pero mudo.
Guardas secretos.




Das mucho a cambio de poco.
De tanto verte te has hecho invisible e indiferente para muchos. Pero estás ahí.



¿Eres feliz? Creo que sí, si no te habrías marchitado hace mucho tiempo.

Árbol: te quiero.


      

Olvido



                                                                                                                              Octubre 2012












                                                                                                      

1 comentario:

  1. árboles, árboles, mensajeros de serenidad.
    Comparto tus amor por ellos y no me sorprende que transitemos caminos paralelos.
    Abrazos

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