Querida noche: hola.
¿Me recuerdas?
¡Hace tiempo que no nos vemos!
¿Te apetece que charlemos un rato?
Sí, me encantaría que me escuchases pacientemente, como
antaño.
Tú, siempre tan callada, tan profundamente silenciosa, has
dejado que los sonidos de mi corazón se oyesen; tic, tac, tic, tac… Es el
sonido de la vida.
¡¡Maravillosa noche!! Me alegra tenerte a mi lado
¡¡Fiel compañera!! Siempre acudes a la cita diaria.
¡¡Me siento bien entre tus luces y sombras!!
Noche, nunca traicionas.
Tú y yo, nada más. Te da lo mismo mi rostro.
Tú siempre llena de esperanza, llevándome hacia otro día,
hacia otra historia que hacer realidad.
Tú y yo.
Da lo mismo quien sea
yo.
Tú siempre eres la
misma.
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