A ese grupo de solitarios nocturnos, que vagan por las
calles escasamente iluminadas de cualquier ciudad podría pertenecer.
Son gente dura. Yo no.
A mí, más me convence una flor que mil razones.
Noche.
De bar en bar. De copa en copa. Con el cigarrillo entre los
labios, nadando en humo…
Prefiero un paseo juntos al atardecer.
Un apretón corpóreo en la complicidad de un
portal. Manos nerviosas paseando por sendas prohibidas...
¡¡Un cálido abrazo, da más paz que un gramo de Lorazepán!!
Olvido
31 Diciembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario